Un artículo que escribí para el Periódico Adarve
1 de mayo de 2010 | ANA ZAMORA (16 años)
Nunca se está lo suficientemente delgada
Las gordas no triunfan nunca, y tienen que vivir escondidas, odiándose a sí mismas. Y si intentan triunfar, el mundo se ríe de ellas.
Así piensa una princesa, o dicho de otro modo, alguien que sigue a Ana y Mía. ¿Y quienes son Ana y Mía? Se preguntarán. Son nombres para llamar a la Anorexia y la Bulimia. La mayoría de los jóvenes no están contentos con su cuerpo, e intentando adelgazar muchos se pierden en el camino. Todo empieza con una dieta, un día sin comer, un intento desesperado de vomitar; y acaban extraviados buscando en internet algo que les ayude a sentirse mejor, ya que nadie los comprende. Así es como conocen a Ana y Mía, a través de todos los blogs y fotologs en los que se fomenta este estilo de vida, basado en no comer y odiarse a sí mismo.
“No comerás comida que engorde sin castigarte después“Muchos se autolesionan, se hacen cortes, porque piensan que al estar gordos no merecen vivir, y nunca tendrán ese novio, o esa ropa, o esa casa, nunca serán felices.
“El hambre se va, la vergüenza de ser asquerosa no”. Eso creen. Engañan a sus padres diciendo que ya han comido, que comerán luego.
“Cuando te veas al espejo repite y una y otra vez que estas gorda” Su visión se distorsiona, siempre piensan que están gordas, les encanta ver cómo poco a poco se les notan cada vez más los huesos, pero nunca será suficiente.
‘Hasta el día en que llegue a la perfección no voy amarme ni a valorarme ni mucho menos a aceptarme como soy ‘ Así empiezan las cláusulas del contrato que todas firman con Ana y Mía el día en que renuncian a sí mismas y entran en el mundo de la anorexia.
De lo que no somos conscientes es de que, más bien, ellas no tienen anorexia; si no que la anorexia las tiene a ellas. Una vez firman ya no hay vuelta atrás, aunque se den cuenta del daño no pueden parar.
La mayoría de nosotros no las comprendemos, y mucho menos los padres. Quizás porque en su época de adolescencia no había tanto acoso social mediante las revistas, la radio, la televisión, e internet; y es que nos atosigan. Sin ir más lejos, la primavera no ha hecho más que empezar y ya podemos ver los primeros anuncios con dietas milagrosas para el verano. Pronto llegará la ‘operación bikini’, mas cremas reafirmantes, los cereales ‘’super buenos y sanos’ que debemos comer por la mañana, por la tarde, para cenar, entre horas, etc. Llegarán las pasarelas de verano, las modelos con preciosos bañadores. Seguiremos adorando a cantantes esqueléticas. Seguirán emitiéndose más series en las que las feas solo consiguen al novio cuando se transforman en guapas. Seguiremos viendo películas con chicas excesivamente delgadas, desearemos estar en su cuerpo. Y nos seguiremos quejando, pero sin dejar de verlas, sin dejar de escucharlas, sin dejar de comprar los cereales, sin dejar de comprar las cremas. Sin darnos cuenta, todos nos convenceremos de que nos sobran kilos y de que tenemos que adelgazar. Hasta que uno de nosotros sobrepase el límite, se pierda, y nunca vuelva a encontrarse.
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