La vida es una mierda. Que yo no digo siempre, digo ahora.
Que yo no digo que la vida sea una mierda desde que nací, yo digo estos días,
estas semanas, estos meses. Estos en los que abro la ventana por las mañanas y
me da igual si el pruno que hay enfrente está florido o se ha podrido. Estos
meses que no tienen color, que ni siquiera son en blanco y negro, sino que son
planos. Como las hojas del calendario, como las mañanas en el curro, como las
tardes en las que me tiro en este sofá y miro atentamente la pared hasta que
todo está emborronado y tengo que parpadear porque se me ha nublado la
vista.
La vida imaginaria
La vida imaginaria
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